El tipo que embestía las olas
Me he drogado un poco. No por gusto, ¿eh? Lo hago cada vez que escribo algo. De hecho, nací con 4 yates y una piscina de monedas como el tío Gilito, pero como quería ser un escritor torturado, lo quemé todo y me di a la mala vida.
Es broma, pero paso de contarte mis estudios, que te importarán tan poco como a mí. El colegio no cumplió su objetivo de acostumbrarme a estar sentado y obediente la mayor parte de mi día en un lugar que odiase; por eso al acabarlo estudié interpretación.
Salí en alguna serie, pero nada que me permitiese subsistir, así que introduje en la rueda a la fuerza.
Intenté adaptarme a vivir en piloto automático a cambio de un salario, pero sentía que ejecutaba mi alma; que dejaba de ser yo.
Y como no duraba en ningún trabajo por el rechazo visceral que me producía dejar de sentirme libre, probé caminos ilegales.
Estos tampoco me representaban, por lo que sólo quedaba crear algo mejor que la realidad.
Por eso escribo.
Porque necesito inventar un sitio donde las cosas tengan sentido.
Aunque eso signifique luchar contra el mar para alcanzar una isla propia.
Moriré embistiendo las olas antes de permitir que su inercia me arrastre.
Te comparto mis peleas contra la vida en mi lista de correo