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El tipo que embestía las olas

Me he drogado un poco. No por gusto, ¿eh? Lo hago cada vez que escribo algo. De hecho, nací con 4 yates y una piscina de monedas como el tío Gilito, pero como quería ser un escritor torturado, lo quemé todo y me di a la mala vida.

Molaría, pero te estaría mintiendo y sólo albergo sinceridad para ti, querido desconocido.

Quise salir del mundo desde mi primer día de trabajo.

Alguien me dijo: <<Es un buen sitio, echas 6 horas y luego empiezas a vivir>>.

A mí no me convencía lo de morirme ni siquiera un minuto. Quería seguir siendo libre.

Para pagarme las clases de interpretación, vendía tarjetas por teléfono.

Y hacía de personajes mientras llamaba para soportar ese infierno.

Después fui entrenador, camarero, salí en alguna serie, probé caminos ilegales…

Pero necesito inventar lugares donde las cosas tengan sentido, por eso escribo.

Aunque eso signifique luchar contra el mar para alcanzar una isla propia.

Moriré embistiendo las olas antes de permitir que su inercia me arrastre.

Te comparto mis peleas contra la vida en mi lista de correo